Una vez más nuestro año llega a su fin y es un momento propicio para reflexionar sobre nuestros proyectos (laborales y vitales) e ilusiones y qué hemos hecho por ellos a lo largo de estos 365 días. Nuestra reflexión debe estar centrada en nosotros/as mismos/as y no en compraramos con los demás. Los que se comparan con los demás difícilmente aprenden, solo sufren sentimientos de envidia y rencor. Las preguntas que nos pueden ayudar pueden ser: ¿Cómo estábamos hace 365 días y cómo estamos ahora?, ¿Qué hemos alcanzado?, ¿Qué debemos de mejorar?, ¿Qué hemos aprendido?, ¿Quién nos ha acompañado y ayudado? ¿Qué dificultades hemos tenido y cuáles hemos superado? y una cosa muy importante: ¿Hemos mostrado gratitud y compasión hacia los demás? Estas preguntas pueden guiar nuestra reflexión. Recomiendo también que utilicen esta plantilla para que les ayude y centre su reflexión (Gráfica 1). Si echamos la vista atrás veremos que en este último año, hemos vivido muchísimas cosas, algunas buenas, pero algunas de ellas malas. De estas últimas, las que nos desestabilizan y a veces cambian nuestro mundo, generando caos en nosotros, debemos de preguntarnos ¿Qué es lo que he aprendido de ellas? ¿Qué cambio han producido en mi? ¿Cómo puedo mejorar o hacer para que no me vuelva a suceder? Solo así podremos aprovechar para aprender y cumplir con nuestros propósitos de este nuevo año que nos espera. ¡Os deseo con todas mis fuerzas una Feliz Navidad y un Próspero año 2020!
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