articipar en un par de los doce «Cafés preventivos» organizados por la concejalía de sanidad del ayuntamiento de Orihuela (con la financiación de la diputación provincial de Alicante) y coordinados por Abraham Fernández, ha sido una experiencia gratificante y movilizadora a la vez. Con el punto de partida de la inteligencia emocional como estrategia de prevención en adicciones, se trataba de poner en marcha un debate o coloquio, en un contexto informal - la cafetería - sobre las adicciones, su prevención, su tratamiento y cualquier otra cosa al respecto que surgiera en este ambiente de tertulia, en el mejor sentido de la palabra.
En un primer momento, desde nuestra experiencia particular, la guía del «experto» era necesaria. Se avisaba a los ocupantes de las mesas del local lo que íbamos a hacer, ya que algunas personas venían al evento, pero otras estaban allí tomando un café o una merienda tranquilamente. Se hacía una pequeña introducción y se animaba a participar. Pero, enseguida, el peso del contexto se dejaba sentir. El tono de tertulia, la participación generalizada, el coloquio surgían y hacían volar el tiempo en un entorno agradable y generador de confianza. Los participantes contaban experiencias personales, preguntaban y daban su opinión abiertamente. Una buena parte de las personas que no venían expresamente al acto se quedaban y participaban. Desde luego, si el objetivo era sacar la prevención a la calle, la participación en el terreno de la comunidad, no en el terreno del experto, está plenamente conseguido. Es una experiencia a repetir y exportar, en el más puro estilo del benchmarking.
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No perdáis la oportunidad de asistir y formaros. Para inscripción:
www.fundaciolluisalcanyis.org/clinicas/jornada-sobre-psicologia-y-diversidad-sexual-de-genero-y-familiar-retos-y-oportunidades/ Últimamente en los foros especializados se habla cada vez más de la llamada procrastinación. Este término que proviene del latín, consiste en el hábito de dejar de hacer, proponer y evitar situaciones desagradables u obligatorias y sustituirlas por otras más agradables. Es humano escapar del dolor y buscar el placer y seguro, que todos/as nosotros/as en más de una ocasión, ha evitado algunas de sus obligaciones, o ha dejado de hacer sus deberes. En principio, está conducta no tiene por qué ser un problema pero si ésta se convierte en un hábito, instaurándose en nosotros/as, puede acarrear muchos problemas, entorpeciendo la consecución de nuestras objetivos y metas, afectando negativamente a nuestra autoestima. El interés por el estudio y tratamiento de este "efecto perverso" de la procrastinación, se despertó en mi hace algún tiempo, ya que se suele dar tanto en algunos/as de mis alumnos/as como en mis clientes en terapia. Para evitarla, existen varias herramientas que podemos utilizar para prevenirla y tratarla. Una de la que más me gusta y recomiendo, es la técnica "pomodoro". Se trata de una método muy sencillo y eficaz. Consiste en hacer la actividad durante 25 minutos y luego tomarse un periodo de unos 5 minutos de relajación. Si reforzamos nuestro trabajo con algo agradable o positivo la técnica será muchísimo más eficaz, instaurándose en nuestra conducta ¡Probarla y veréis como funciona! En ocasiones los profesionales de la salud, no hemos prestado la suficiente atención al núcleo familiar de nuestros clientes. Esto tal vez haya sido por qué nos hemos centrado en la mayoría de los casos, en los síntomas y signos del problema intentando dar con una solución “individual y relativamente rápida”.
No obstante, en una gran proporción de casos, he podido observar, que el núcleo familiar del cliente puede convertirse en un aliado más que válido para acelerar y asentar el proceso terapéutico. Esta ayuda puede producirse incluso cuando el cliente no quiera asistir a una terapia psicológica ¡Parece increíble verdad! ¿Cómo va a mejorar un paciente sin asistir a terapia? Pues bien, según algunas investigaciones (incluida la nuestra), es posible que pacientes resistentes al cambio inicien su proceso de mejora con la ayuda de sus familiares y seres queridos. Os dejo el resumen de nuestro artículo y os animo a leerlo en Journal of Addiction. Aquí os dejo el enlace: http://dx.doi.org/10.1155/2016/4320720 Abstract The use of drugs among adolescents/youth often results in a high degree of distress for the family members who live with them. This in turn can lead to a deterioration of mental psychological health, hindering any attempt to successfully cope with the situation. The goal of our research was to study the effect of the Community Reinforcement and Family Training (CRAFT) program on parents of adolescents/youth drug users. Study volunteers (N=50) consisted of parents from Valencia (Spain) that were divided into two groups. The experimental group (n=25) was made up of parents whose sons and daughters exhibited problems with drug use and the constructed non-causal baseline group (n=25) was made up of parents whose sons and daughters did not show any substance abuse problems. For both groups, self-esteem (Rosenberg Self-Esteem Scale), depression (BDI-II), anxiety (STAI) and anger (STAXI-II) were evaluated before and after the application of the CRAFT program. Results show a significant improvement in the experimental group’s self-esteem, depression, anger state and a decrease in negative moods. These changes in parents produce a positive effect on their substance user sons and daughters: of the 25 participants, 15 contacted specialized addiction treatment resources for the first time. La formación en intervención familiar es importante para un adecuado abordaje terapéutico de las familias usuarias de Servicios Sociales. Estas intervenciones pueden ayudar y motivar a sus componentes al cambio. El taller de formación realizado se centró en exponer distintas herramientas terapéuticas utilizadas, para aumentar la motivación y compromiso al cambio de las familias multiproblemáticas, utilizando técnicas de la entrevista motivacional, y en caso de resistencia, evaluar y abordar terapéuticamente los llamados esquema disfuncionales de los progenitores. Esto último, el abordaje terapéutico de los esquemas disfuncionales, es súmamente importante y se debería de tener en cuenta en la mayoría de las familias multiproblemáticas y/o resistentes al cambio. Abordaje terapéutico propuesto por Young (1990), y que se podria explicar a través de la siguiente gráfica: Según este autor, hay tres variables que determinan el desarrollo de los llamados esquemas desadaptativos y/o disfuncionales. El temperamento del niño/a, los eventos traumáticos y el tipo de educación y/o apoyo que le brinden sus progenitores. Así pues, un hecho trumático experimentado por un niño/a, improntará y dejará más o menos huella, estructurando sus esquemas, dependiendo de su temperamento y de la forma que lo aborden o traten sus progenitores. Estos esquemas disfuncionales harán que el niño/a vaya creciendo en base a unas creencias erróneas sobre si mismo y sobre el mundo que le rodea, favoreciendo a que utilice conductualmente los llamados modos de afrontamiento (Young, 1990). Estos modos pueden ser o bien aceptándolos, o evitándolos. Tanto uno como el otro, harán que el niño/a se desarrolle y crezca en base a unas creencias falsas y que le irán marcado sus experiencias y vivencias durante toda su vida y ésto claro está, se traslada a la forma en la que educará a sus hijos/as en el futuro, cronificando así el problema. Un ejemplo de esto podría ser, un niño/a de trato fácil (temperamento) que haya sufrido un abuso en el colegio (evento traumático) y que sus progrnitores lo traten como un persona débil e inútil o que no le den importancia o que incluso pasen de él. Esta situación desarrollará en el menor pensamientos de "soy débil y no merezco nada" o "estoy solo/a en el mundo y las relaciones son peligrosas". Con este ejemplo podemos explicar los modos así pues, el niño si acepta que "es débil y no merece nada", sus relaciones sociales y su comportamiento se basará en dicha premisa y si evita, intentará estar solo/a para que nadie abuse de él, ya que "estoy solo/a en el mundo y las relaciones son peligrosas". Como habéis podido leer en esta pequeña entrada, la psicologia va adquiriendo más herramientas y técncias para ayudar a estas familias que presentan tanta problemática. Para saber más:
Es curioso ver la relación que tiene en ocasiones las Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) con el consumo de algunas drogas supresoras del apetito. Aquí tenéis el resumen de unos de mis artículos publicados en la revista Adicciones. Espero que os parezca igual de interesante que a mi.
RESUMEN. El estudio tuvo como objetivos demostrar si existía relación entre el consumo de drogas y los trastornos de conducta alimentaria, así como qué tipo de drogas son las más utilizadas y si estas se utilizan para suprimir el apetito. Se desarrolló una escala «ad hoc» formada por los ítems de la Eating Disorder Diagnostic Scale, cuyo objeto es detectar los casos de riesgo de padecer algún tipo de Trastorno de la Conducta Alimentaria, y por ítems cuyo objeto era evaluar el consumo de drogas en una muestra de 446 adolescentes estudiantes de 1º de la enseñanza secundaria obligatoria a 2º de Bachillerato de distintos Institutos de Educación Secundaria de la Comunidad Valenciana, con edades comprendidas entre los 13 y 18 años de edad. Se encontró una relación entre los adolescentes que consumían drogas y el encontrarse en algunos de los umbrales de riesgo de la escala utilizada ((1, N=444)=3.87; p=.049) no habiendo relación estadísticamente significativa con la variable “tipo de droga” (Alcohol, estimulantes, tabaco u otras). No obstante se aprecia una relación significativa entre la variable “utilizar algún tipo de droga como supresora del apetito” y estar en riesgo de padecer un Trastorno de la Conducta Alimentaria siendo el tabaco la droga más utilizada (66% de los englobados en el umbral de riesgo de la Eating Disorder Diagnotic Scale). Se concluyó que los adolescentes de la muestra analizada que se engloban en alguno de los umbrales de riesgo consumen más drogas que los adolescentes que no se engloban en dicho umbral de la Eating Disorder Diagnostic Scale, siendo las drogas de tipo estimulante las más utilizadas por estos adolescentes con el objeto de suprimir el apetito. |