Queremos reseñar aquí el método Tiny Habits[1], del Dr. BJ Fogg, director del Laboratorio de Diseño del Comportamiento de la Universidad de Stanford (California). Es un método simple y eficaz para cambiar un comportamiento, crear un comportamiento o hábito nuevo y mantenerlo a largo plazo. El modelo postula que una conducta sucede cuando se dan a la vez estas tres cosas: Motivación, Capacidad y un Recordatorio o señal (Motivation, Ability, Prompt). Además, existe una relación entre motivación y capacidad, de manera que la combinación de ambas debe rebasar un determinado umbral para que, cuando se presente el recordatorio o la señal para realizar la conducta, ésta se haga. Pongamos un ejemplo. Supongamos que alguien quiere hacer un donativo a Médicos del Mundo. Si tiene alta motivación, y si le es fácil de hacer, estará por encima del umbral y, cuando se le recuerde a esa persona que done, hará la donación. Por el contrario, si alguien tiene una baja motivación para hacer un donativo a Médicos del Mundo, y si esto le resulta difícil de hacer, se encontrará por debajo del umbral y cuando se le recuerde que done, no realizará el donativo. Si alguien está por debajo del umbral, necesitaremos llevarlo por encima para presentar el recordatorio que induzca la conducta. Por lo tanto, necesitamos aumentar la motivación, o hacer la conducta más fácil de hacer, o las dos cosas. Este modelo se aplica a todo tipo de conducta humana. Para empezar a instaurar un nuevo hábito, seleccionaremos una conducta que sea muy, muy fácil de hacer (mini, o tiny), elegiremos un recordatorio que nos dispare la conducta. Los mejores recordatorios son comportamientos, rutinas, que ya hacemos, que ya tenemos en nuestras vidas, y que pueden recordarnos la nueva conducta que queremos instaurar. A estos recordatorios, el Dr. Fogg les llama Anclas. Por último, recompensaremos la conducta cuando se haga. La recompensa hace que nos sintamos bien, y esta sensación agradable, esa emoción placentera aumenta la probabilidad de que la conducta se repita y termine siendo cada vez más automática. Es vital. Como dice el Dr. Fogg, «No es la repetición. No es la frecuencia. No es el polvo de hadas. Emociones» Son las emociones las que crean hábitos. Podemos utilizar muchos tipos de recompensa para crear un hábito, pero el tipo de recompensa que mejor funciona es la de crear un sentimiento de éxito: la celebración. Pongamos un ejemplo. Supongamos que quiero volver a coger la bicicleta para hacer rutas por carretera. Era una actividad que me gustaba, pero dejé de hacerla y no veo el momento de retomarla. Alguna que otra vez he intentado volver a salir de ruta, pero volvía tan hecho polvo a casa que me justificaba para no repetir. Pensando en mini (tidy), puedo comenzar por ponerme el equipamiento ciclista. Así, sábados, después de desayunar (Recordatorio), me pongo el equipo ciclista (mini Conducta) y me digo: ¡Muy bien…! ¡Vamos!, mientras levanto el puño (Celebración). Solo me visto, no salgo con la bicicleta. En el libro Tinny Habits: The Small Changes that Change Everything, se explica cómo y por qué se va desarrollando el hábito, de tal manera que, muy probablemente, acabé haciendo las rutas en bici los sábados. Una lectura y un método muy recomendable, fundamentado en probadas teorías del aprendizaje, además de en evidencia científica para aspectos concretos y prácticos del método. Muestra una forma sistemática para crear hábitos y para dejar hábitos no deseados y proporciona herramientas sencillas y variadas para ayudar y facilitar la tarea. Si quieres ver la explicación en vídeo de nuestro compañero Álvaro Botella Guijarro, haz clic aquí. Para más información y ver más vídeos, consulte la página web behaviormodel.orgHaz clic aquí para editar. [1] Fogg, BJ. (2020). Tinny Habits: The Small Changes that Change Everything. New York. Houghton Mifflin Harcourt
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